Aqueronte: El Lacayo del Rey Cerbero
Origen
Aqueronte no nació del fuego infernal ni de la voluntad de algún dios oscuro. Su existencia es un enigma, una aberración surgida de las profundidades del Tártaro, una falla en la misma estructura del inframundo. Se dice que se formó a partir de la acumulación de rencor y desesperación de incontables almas condenadas, una amalgama de negatividad que tomó forma física en el corazón de la oscuridad. Su apariencia actual, la de un Cerbero de mal humor, es el resultado de un pacto forzado con el propio Rey Cerbero, una entidad cuyo poder supera incluso el de muchos dioses.
Linaje
Su linaje es ambiguo, impreciso. No desciende de ningún Cerbero conocido, ni comparte los atributos tradicionales de la criatura. Más bien, es una entidad única, un ser nacido de la corrupción y la desesperación, un parásito del inframundo que se alimenta de la miseria ajena. Su vínculo con el Rey Cerbero no lo convierte en su hijo, sino en una herramienta, un instrumento, un fiel (y malhumorado) siervo.
Dominio
El dominio de Aqueronte no es territorial, sino uno de la desolación y el desaliento. No reina sobre ningún lugar específico del inframundo, sino que se desliza entre las sombras, extendiendo su influencia de angustia y desesperación. Su poder radica en su capacidad de amplificar las emociones negativas, convirtiendo la tristeza en desesperación, el miedo en terror, la ira en furia desenfrenada.
Habilidades
Aqueronte puede manipular las emociones negativas, infundiendo miedo y desesperación en sus víctimas. Posee una fuerza sobrehumana, propia de un Cerbero, y cuenta con una resistencia notable a los daños físicos y mágicos. Su aliento es tóxico, capaz de causar enfermedad y desesperación mental. Además, puede conjurar sombras que atacan y estrangulan a sus enemigos.
Grandes Acontecimientos
La Forja de Aqueronte: Su creación fue un evento catastrófico. La acumulación de energía negativa en el Tártaro causó una fisura dimensional, de la cual emergió Aqueronte. El Pacto con el Rey Cerbero: Aterrorizado por el poder de Aqueronte, el Rey Cerbero forjó un pacto con él, sometiéndolo a su voluntad. A cambio de su lealtad, Aqueronte recibió un aumento de poder y protección. La Rebelión Fallida: En un momento de debilidad del Rey Cerbero, Aqueronte intentó una rebelión, pero su intento fracasó y resultó en la intensificación de su yugo. Aqueronte ahora se mantiene como un sirviente fiel, pero su resentimiento y deseo de libertad permanecen latentes.